lunes, 19 de septiembre de 2016

PODER Y AUTORIDAD INSTITUCIONAL

Poder y Autoridad en Nuestras Escuelas



A veces nos preguntamos ¿que tipo de directivo tengo en mi escuela?, ¿ utiliza su liderazgo de forma adecuada?, ¿crea un clima idóneo para trabajar en nuestra escuela?. En este articulo tomada de algunas investigaciones previas espero aclarar ciertas funciones que derivan de dichos cargos directivos, que son de suma importancia. No nos referimos a ¿como? y ¿porque? solo quiero dar algunas sugerencias de el  deber ser.

El Poder

Según J. Ardoino, el poder es la influencia de uno sobre sí mismo o sobre otros. Es un poder para hacer o para hacer que otros hagan. Esta capacidad puede manifestarse en forma represiva o productiva.

El poder en las instituciones no tiene existencia por sí mismo, sino en una red de relaciones. Presupone la posibilidad de admitir o prohibir determinadas conductas en sus integrantes. También puede definirse como la capacidad de hacer prevalecer un enfoque respecto de la manera de encarar el quehacer institucional. siempre trae aparejado cierta influencia en los procesos de toma de decisiones.

Tener poder permite obtener reconocimiento, privilegios, recursos, cargos o lo que se desee lograr. Pero esto no significa que sólo lo posea quien es consciente de él o lo busque.

Cada miembro de la institución tiene la posibilidad de manifestar su poder en forma positiva o negativa, desde el nivel institucional en el que se desempeñe. Por otra parte, cabe destacar que el poder individual de cada integrante de la institución escolar se incrementa cuando las personas se asocian entre sí. Esto es palicable tanto para un uso positivo como negativo del poder. Por ejemplo, si un grupo de alumnos adolescente se reúne para provocar algún desorden en la escuela, seguramente, la dimensión del episodio será mayor que si hubiese actuado un solo sujeto. En un sentido opuesto, pensemos en un grupo de docentes que se juntan para para planificar y tomar decisiones importantes.

A. Etizioni analiza tres formas de ejercer el poder:


  1. La coercitiva, que usa la fuerza o las amenazas para dominar.
  2. La utilitaria, que se sostiene por las retribuciones económicas.
  3. la normativa, que se apoya en el consenso social.
La forma normativa de ejercer el poder se puede manifestar como normativo social, cuando la presión de un grupo es ejercida sobre un individuo, o como normativo simbólica, por el uso de determinados atributos de poder que son aprobados, de forma explícita o implícita, por el grupo.

Los distintos modelos institucionales descritos privilegian diferentes fuentes de poder, y en ellos se evidencian diferentes formas de circulación del mismo.

  • En escuelas cerradas y burocratizadas, el poder se mueve escasamente entre distintos niveles jerárquicos. Este tiende a concentrarse en los niveles más altos no suele delegarse. Algunas de las formas habituales del ejercicio del poder en estas instituciones son conocer las normativas del trabajo, escatimar la información, administrar rígidamente los recursos etc..
  • En escuelas abiertas y con una gestión concertada, buena parte del poder se delega en los docentes, y estos lo transfieren -en cierta medida- a sus alumnos. Así, se pueden diseñar proyectos de aprendizaje m´s acordes con las características e intereses de cada grupo. La mayor fuente del poder en estos casos radica en la idoneidad y en el profesionalismo de los integrantes de la escuela. La administración de recursos se realiza de acuerdo a las necesidades que surgen, y todos tienen poder de opinión y de participación. En general, las gestiones concertadas se apoyan en las formas de poder normativo social y simbólica.
La Autoridad

Ligado al concepto de poder se halla el de autoridad, que alude al poder legitimo formalmente o legitimado informalmente. en el primer caso, existe una disposición legal que otorga, dentro de la institución, cargos con distintos niveles de jerarquía. en el segundo, el poder surge de un liderazgo natural de alguno de los miembros del establecimiento, que es aceptado por todos.

La autoridad permite influir sobre el comportamiento de los demás. Esta influencia lo puede ejercer el líder de un grupo de alumnos, el maestro en relación con su grupo de clase, un docente respecto del resto de sus compañeros de trabajo y el director en sus gestiones institucionales.

Max Weber, señala dos formas de desempeño de la autoridad:
  • Tradicional, según los usos y costumbres que se repiten históricamente.
  • carismática, cuando se impone una personalidad atractiva y dominante.


"Nuestra época exige individuos capaces de adaptarse, de auto-dirigirse, de no caer en la rutina (...)Aprender a expresarse, a comprender a los otros, a escucharlos antes de responderles, a discutir antes de juzgar, a pensarse a sí mismos, a auto-criticarse, a tomar iniciativas. tales son las metas de la auto-gestión pedagógica"
                  Loureau, R. 

No obstante, debemos tener en cuenta que hay sujetos con una autoridad legitimada formalmente que no actúan, necesariamente, según el poder que se les ha atribuido. Osea, que su autoridad no es funcional.

En estos casos, pueden presentarse dos posibilidades. Una es que, además de la figura de autoridad, surja un segundo sujeto que sea quien realmente tenga el poder de decisión. Es decir, que opere como si fuese un titiritero. Esta situación puede aparecer tanto en instituciones burocráticas como en las sustentadas en sistemas familiares.

Otra posibilidad es que, en vez de surgir un sujeto que ostente ilegitimamente el poder, aparezcan figuras de autoridad legitimadas informalmente a raíz de las necesidades institucionales. esto es habitual en las escuelas que funcionan como sistema concertado. En el caso de los sistemas familiares o burocráticos, surgen cuando la institución entra en conflicto.

Por ejemplo, en una institución burocrática, el director ha "bajado", por escrito, la orden de que los docentes deben ir los sábados a reuniones docentes llamados colectivos docentes pedagógicos. todos los docentes se reúnen para estudiar el contrato y las normas educativas para ver si esto es legal o no. Entonces delegan a un(a) compañero(a) docente que demuestra carisma y conocimiento del tema para que hable en representación de todos sus compañeros y exponer sus quejas ante el directivo.

En este caso, se puede observar claramente cómo el grupo de pares fue instituyendo a uno de sus compañeros como figura de autoridad, estimándola informalmente.

Modelos de Autoridad

  • Autoridad autocrática. Tiende a no considerar la situación de las personas y se centra en lo que desea disponer. Es decir, que pierde de vista a los demás  y no se retroalimenta a través de la comunicación con ellos. Las normativas que emiten este tipo de autoridades nos se suelen fundamentar, ni son funcionales de acuerdo con las características y necesidades del grupo reunido con fines educativos. No posibilitan la discusión de ese marco normativo lo que genera una menor adhesión  de los destinatarios. Adoptan una actitud rígida, con amenazas permanentes de sanciones y castigos. A veces , supervisan las tareas de manera intimidante buscando los errores. Otras, no supervisan ni acompañan las producciones y luego exigen logros desmedidos.
  • La autoridad "laissez faire" (o dejar hacer, o como salga). Se caracteriza por eludir el ejercicio del poder, que ha sido legítimamente delegado. En estos casos, no se fijan normas o se lo hace de manera poco clara. Además, los canales de comunicación no suelen ser los adecuados para que la información circule adecuadamente y llegue a todos los destinatarios. Es habitual que no se supervisen las tareas y que no se controle el cumplimiento de las normativas, por no creerlo necesario o por adjudicarle connotaciones represivas. Generalmente ocurre que el enojo o la frustración silenciada, ante tareas que no se realizaron o que fueron mal hechas, provoque desbordes posteriores. Pueden aplicarse sanciones desmedidas por otros hechos, modificarse la forma de tratar a la persona que cometió un "error", quitar determinados privilegios, etc...  Quienes encarnan el modelo "laissez faire" tratan de manejarse como si fueres "uno más" en la institución. Desde esta posición, se hace difícil desempeñar las funciones que le corresponden. Por otra parte, se generan fantasías y frustraciones en el resto de los actores institucionales: la fantasía de usurpar el lugar de la autoridad o de "negarla", bajo la creencia de que en la institución  "todos los lugares son iguales"; frustrarse por  sentirse sin guía, o intempestivamente amenazado por la figura de la autoridad.  También se puede generar dependencia con respecto a la autoridad; esto implica no intimar la necesidad de que los sujetos alcancen autonomía  en sus realizaciones. Así, se hace peligrar la especificidad de la institución escolar, al no alentar la función educativa como estimuladora del desarrollo integral de las personas.
  • La autoridad democrática. Corresponde a una posición intermedia entre las dos modalidades descritas anteriormente. Se basa fundamentalmente en un sustento racional, reflexivo y crítico, así también en la idoneidad profesional de los docentes y se construye a través de los conocimientos y experiencias adquiridas. En este modelo, el poder asignado se emplea en su justa medida , sin eludirlo o abusar de él. Se tiende a estimular la participación de todos, colaborando en la renegociación de diferencias y consensuando la toma de decisiones. No obstante, quien ejerza la autoridad en forma democrática retendrá para sí determinadas atribuciones. Por ejemplo, explicitar y recordar las normas de funcionamiento institucional, presentar problemáticas para ser discutidas, etc.... También tiene responsabilidades que son inherentes a su posición en la conducción de un grupo humano. Un ejemplo de estas responsabilidades es la promoción de la evaluación continua de las prácticas educativas, que permite no perder de vista el proyecto educativo integral comunitario (PEIC).
"EN LA EDUCACIÓN DE LOS NIÑOS, ES MÁS CONVENIENTE DECIR NO EN VOZ BAJA QUE DECIR SÍ GRITANDO"
Gomi, T.

En nuestras escuelas necesario tener autoridades que estén preparadas tanto en la formalidad de sus credenciales como en el liderazgo necesario para conducir nuestras instituciones educativas. Lideres que sean innovadores, carismáticos, que pongan los intereses colectivos antes que los personales que sepan que el poder otorgado por el medio que sea quizás por sus credenciales educativos, por años de experiencias, por méritos obtenidos en el desempeño, por concurso o quizás por formar parte de un factor político o factor de poder, es un poder pasajero y transitorio y que los docentes a su directriz son seres humanos que piensan, sienten y tienen emociones y un cargo pasa pero a veces una mala acción es recordada y grabada en piedra y no en arena de playa. Por eso es necesario tener una calidad humana capaz de trabajar en equipo delegando funciones a sus compañeros porque al fin y al cabo cuando un compañero lucha por las necesidades propias también lo hace por él. Y por ultimo no es igual administrar objetos que administrar personas pues ellas sienten.

Deja tu comentario :

2 comentarios:

  1. En la Actualidad nuestras escuelas están pasando por una crisis de liderazgo, por lo que necesitamos de personal capaz de administrar las instituciones...

    ResponderEliminar