EL PAÍS DE LAS CUCHARAS
Un señor que viajaba por distintos países encontró, en un desvío por la ruta que transitaba, vio un cartel que anunciaba: "Al país de las cucharas largas". Ni lerdo ni perezoso tomó ese camino. Al finalizarlo se encontró frente a una casa, con una edificación central con dos alas, una a la derecha y una a la izquierda.
Al ingresar a la edificación vio un letrero que decía: "Bienvenidos al país de las cucharas largas. Puede usted recorrer dos alas: una a la derecha y una a la izquierda."
Se decidió por la derecha y comenzó a recorrer un largo pasillo. A medida que caminaba oía lamentos y quejidos cada vez más fuertes. Al llegar a una gran puerta los quejidos se intensificaron, tanto es así que dudó en entrar. Pero finalmente se atrevió.
Era un salón inmenso, con una enorme mesa servida con los mejores manjares. Alrededor de la mesa había un montón de comensales con cucharas muy largas atadas a sus manos y era con lo único que se les permitía comer. Estas cucharas eran tan largas que les resultaba imposible llevarse el alimento a la boca. De ahí sus gritos de desesperación . Estaban muertos de hambre, débiles y convalecientes.
Ante tan desagradable escena, abandonó el lugar, volvió sobre sus pasos y se dirigió a la otra sala.
Esta vez en el pasillo no se oía ningún quejido, sino un agradable murmullo. Con curiosidad abrió la puerta y se encontró con un salón igual al anterior. Los comensales también tenían las cucharas largas atadas a sus manos. Pero había una gran diferencia: estaban todos alegres y satisfechos, porque se daban de comer unos a otros y nadie pasaba ni hambre, ni necesidad................
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