DESARROLLO DEL LENGUAJE

DESARROLLO DEL LENGUAJE

 Breve ensayo realizado por:

• Hurtado Katerin
• Medina Anarkalys
• Reyes Alenys

Como sabemos, el lenguaje es lo primero que el ser humano aprende de sus semejantes, siendo esta conducta precisamente la que nos separa de los demás mamíferos, de los demás animales. Considero que es el primer paso rumo al futuro aprendizaje y socialización con quienes nos rodean, por lo que creo que nosotros, como padres y docentes, debemos tener este paso muy en cuenta, puesto que el aprendizaje adecuado del lenguaje es una de las más importantes bases para el éxito en el futuro del niño.

Debemos comprender que el desarrollo del lenguaje en el niño debe ser visto y estudiado desde diversos puntos de vista, teniendo entre ellos la cognición, la socialización, percepción auditiva y desarrollo motor. A su vez, partiendo de varias lecturas realizadas sobre el desarrollo del lenguaje en los niños, comprendo que el mismo se da en dos grandes etapas, divididas sencillamente en cuanto el niño aún no habla, y cuando aprende a hablar. La primera de ellas es llamada prelingüística, que es básicamente el tiempo que más se encuentra el niño junto al cuidado de sus padres, que es durante su primer año de vida. Psicólogos como Piaget, Freud, entre otros, llaman a esta etapa la “sensoriomotora” en la cual, en relación al lenguaje, el niño comunica sentimientos claves y básicos por medio de balbuceos y llanto.

En razón de lo anterior, podemos ver que la segunda etapa, llamada propiamente lingüística,  transcurre cuando el niño “da forma” a todos esos balbuceos de la primera etapa, los integra a una idea menos abstracta o más concreta, y comunica con algo más de claridad lo que desea, aunque en realidad comienza a “hablar” concretamente hacia los dieciocho meses, en promedio. Según leí, el niño en esta etapa da forma a lo que piensa y/o desea comunicar.

Ahora bien, podemos ver que las sub-etapas en las que se divide la lingüística nos explican mejor el estudio de las palabras que el niño quiere comunicar, en relación con la idea que desea expresar. Al llegar a un añito de vida, ya nuestros muchachos de hoy en día quieren hablar, se motivan y expresan lo que quieren, lo que les gusta y lo que no les gusta, en cuanto a los alimentos, un programa de televisión, o el sitio al que mas les gusta ir. Quienes somos padres, nos damos cuenta que el niño va mencionando palabras que escucha, va memorizando y aprendiendo, las relaciona con lo que quiere, y las va agregando a su “léxico”, el cual va perfeccionando con el paso del tiempo. Ello lo vemos cuando el niño se acerca a los dos años de edad, cuando será mucho más espontáneo, combinando frases y oraciones, recordando palabras significativas para él, e incrementando con ello su “caudal” de palabras.

Cuando el niño llega a tres años de edad, ocurre un fabuloso incremento en las palabras conocidas y utilizadas por él, expresándose de manera que sus allegados lo entienden perfectamente. He visto en mis propios hijos la certeza de ello, cuando todos nuestros familiares comprenden las cosas a veces incomprensibles que dicen los niños, como dicen, “todo queda en familia”. Toda esa ambigüedad llega a su fin al llegar el niño a cuatro/cinco años de edad, momento en que se expresa con claridad, ya que evoca mentalmente lo que desea, dando rienda suelta a su imaginación. Es aquí cuando crea dibujos, cuentos, imagina situaciones a futuro, por ejemplo si va a viajar con sus padres, se imagina como será el recorrido o la llegada; o cuando le dices que va a comer un helado, se lo imagina en frente, “devorándolo”. Esas situaciones ayudan al niño a desarrollar su lenguaje, y estos refuerzos, recibidos en la escuela y en su familia, así como en diversas situaciones, estructurarán el lenguaje que los acompañará el resto de su vida.

En el camino hacia el desarrollo del lenguaje existe un término muy importante que acompaña al niño durante su crecimiento, y es el desarrollo afectivo. Puedo comprender el mismo como el satisfacer las normales y hasta obvias necesidades afectivas de un niño desde que nace y mientras establece relaciones y vínculos interpersonales con quienes le rodean durante su crecimiento. La misma transcurre por etapas, como el desarrollo de su lingüística, e influirá enormemente en su personalidad y autoestima, así como en el éxito que tendrá en su futuro, ya que solidifica los cimientos o bases de su conducta, sus valores, emociones y moralidad. 

Finalmente, como vemos, la participación de los padres y docentes en estos primeros pasos de los niños es de demasiada importancia, puesto que, reitero, es la construcción de los cimientos de su futura personalidad; es lo que determinará si esos niños a largo plazo serán –o no- profesionales de éxito, personas exitosas y felices.

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