martes, 7 de febrero de 2017

AUTISMO




El autismo infantil 
Es un trastorno infantil cognitivo que influye directamente tanto en la comunicación del niño autista, como en la relación con su entorno. Es una afección que, por norma general, se presenta con mayor incidencia en los niños que en las niñas.
El hecho de que un niño sea autista, no quiere decir que su capacidad de comprensión sea menor. De hecho, son muchos los niños autistas que tienen unas habilidades y una capacidad cognitiva muy alta, dependiendo del tipo de autismo que se tenga. Dicho de otra forma, el coeficiente intelectual de un niño autista no tiene por qué ser menor. Lo que influye directamente es su capacidad para las relaciones sociales, y su capacidad de comunicación en general.


Las causas por las que un niño padece de autismo son, hoy en día, todo un misterio.
Diversos estudios indican que las relaciones del niño autista con su entorno más directo influyen directamente sobre la aparición de este trastorno. Dicho de otra forma, un niño cuyos padres y entorno directo no muestran afectividad hacia al niño, tendrá más posibilidades de padecer autismo. Sin embargo, este estudio no está totalmente confirmado.
Por otro lado, cada vez cobra más peso entre las características y causas del Autismo Infantil, la posibilidad de padecer autismo por algún tipo de deficiencia u anomalía neurológica, que se presenta generalmente durante la gestación, y cuyos factores son hereditarios.
El autismo se considera un trastorno del desarrollo (TD) esto es la alteración del normal desarrollo de un niño que se manifiesta generalmente desde  la primera infancia.
BIOMEDICAMENTE  se considera que: Es una enfermedad orgánica (intoxicación, inflamación  y desnutrición) con importante  repercusión cerebral.
Provocada por estresores medio-ambientales prenatales y/o postnatales.

Estos estresores afectan a  niños que ya tenían  una vulnerabilidad genética o daño genético (DNA) o epigenético (moduladores) causada y/o agravada, probablemente a su vez, por estresores medio-ambientales antes de la concepción.
Veamos un esquema de las Causas multifactoriales del Autismo y otros TD.
La vulnerabilidad genética afecta a:
La maduración del intestino
Intestino sensible que no tolerará la leche animal y a partir de ahí se pondrá en marcha un circulo vicioso.
Los niños suelen tener antecedentes de reflujo gastroesofágico, cólicos del lactante, bronquiolitis, otitis, etc. que señalan esta intolerancia y a la capacidad de desintoxicación celular:
Los tóxicos entran en la célula pero no son capaces de salir en la misma proporción a causa de bloqueos genético del ciclo de metilación. Por ello se acumulan tóxicos en la célula bloqueando  reacciones enzimáticas básicas.
El entorno altamente tóxico del siglo XXI agrava la situación  y cierra otro círculo vicioso.
El intestino será demasiado sensible, por lo que:
  • Intolerará la leche de vaca
  • Se irá inflamando
  • Afectará a las metalotioneinas
  • Disminuirá el zinc.
  • No habrá suficiente ácido estomacal.
  • La flora se afectará.
  •  Habrá disbiosis.
  • Intestino permeable que dejará pasar tóxicos a la sangre y su función de digestión y absorción de nutrientes disminuirá y la función inmunitaria se alterará (deficit celular y sobreactivación humoral).
  • Aumento de infecciones con o cronificación de las mismas con  uso (o abuso) de antibióticos orales que aumentarán la disbiosis intestinal
Muchos ciclos viciosos se pondrán en marcha…
Al no poder desintoxicar bien y el sistema inmunitario no funcionar bien, el organismo puede colapsar coincidiendo con el último estresor recibido provocando el punto de catástrofe (según la teoría de René Thom) o aparición del trastorno
El resumen de la aparición del autismo sería el siguiente:
  • El intestino está mal y funciona mal; el organismo desintoxica mal y el entorno tóxico es creciente.
  • El organismo se intoxica y se desnutre; el sistema inmune se hace incompetente, se desregula y puede haber deficiencia o sobre-activación al mismo tiempo.
  • Las infecciones (virales y microbianas) se hacen crónicas pues el sistema inmune no es capaz de controlarlo
  • Por lo tanto el cerebro va intoxicándose, desnutriéndose e inflamándose
  • Por lo tanto la conducta, la atención y la comunicación se tornan anómalas
  • Finalmente se manifiesta un trastorno del desarrollo.
¿Porqué cada niño es diferente?   ¿Etiqueta diagnóstica‚ es posible? 
Todos los niños afectados con un trastorno del desarrollo TD son diferentes, pues distintos han sido los estresores prenatales y postnatales.
Por eso hay dificultad de 'etiquetar' o poner un diagnóstico neuropediátrico o psicológico.
El tiempo que se gasta en intentar poner una etiqueta es muy caro si con ello se atrasa el tratamiento biomédico y el niño continúa intoxicándose.
Además, las pruebas neurológicas actuales requieren anestesia y radiaciones y ello perjudica al niño. Hay que valorar bien si realmente son necesarias o no.
¿La etiqueta diagnóstica‚ es posible? 
Al igual que sería difícil poner etiquetas a un paciente que ha sufrido quemaduras, también es difícil poner etiquetas a un paciente con TD.
En un paciente quemado se habla de parámetros afectados: extensión quemadura, grado, necesidad injertos, afectación de cara y manos y órganos afectados, etc.
En un paciente con TD también debería hacerse un diagnóstico por  extensión (enumerar parámetros afectados y grado de afectación).
Es más correcto hacer un diagnóstico por extensión 
EL diagnóstico del TD debería ser 'por extensión‘, describiendo todos los síntomas, déficits y alteraciones con sus grados de afectación:
  • Biológicas y fisiológicas
  • Desarrollo neurológico
  • Sensoriales y de integración sensorial
  • Cognitivas y conductuales
  • Psicológicas y emociónales
  • Comunicación y lenguaje.
El tratamiento biomédico puede ayudar también a muchos otros niños que han estado sometidos a estresores medio-ambientales y/o iatrogénicos pre y postnatales:
  • Niños con Síndromes Genéticos:
  • Síndrome de Down
  • Síndrome de Prader Willi
  • Síndrome de Angelman, etc…
  • Concepciones artificiales.
  • Prematuros, recién nacidos de bajo peso.
  • Problemas  neonatales (partos difíciles, cesáreas).
  • Problemas postnatales
  • Estancia en cuidados Intensivos neonatales
  • Cirugía en los primeros meses
  • Infecciones recidivantes con uso de antibióticos y cortisona

¿ Existe cura par un niño autista ?
En la actualidad, no existe cura para el autismo. Lo que sí que se debe hacer, como padres, es recurrir al especialista o al pediatra si detectamos que nuestro niño es autista o puede serlo, ya que, hoy en día, existen tratamientos y actividades para niños autistas que pueden mejorar significativamente el comportamiento de nuestro hijo, favoreciendo con ello la independencia y las relaciones con el mundo.

Principales síntomas del autismo

Su interacción social es deficiente: suele ser detectada inicialmente por las personas más cercanas al bebé, cuando observan que éste se muestra indiferente a su entorno o presenta periodos prolongados de enfoque de la atención en un objeto o persona en concreto, aislándose del resto. Esta alteración puede aparecer desde el mismo momento del nacimiento o desarrollarse pasado un cierto tiempo. No suelen responder a la verbalización de su nombre y, en un gran número de ocasiones, evitan de forma manifiesta el contacto visual con las personas de su entorno.

Carecen de empatía: los pacientes presentan dificultades para interpretar la situación emocional de las personas de su entorno, así como de sus pensamientos, al ser incapaces de entender las pautas sociales, como pueden ser el tono de voz o las expresiones faciales. A esta situación se añade que, por lo general, estas personas no centran su atención en la cara de los demás y, por lo tanto, tampoco son capaces de ver y aprender las pautas de conducta adecuadas.  

Tienen dificultades para comunicarse (comunicación verbal y no-verbal). Algunos individuos no llegan a desarrollar ningún tipo de lenguaje, no hablan ni son capaces de comunicarse con expresiones o gestos; otros sí hablan, pero la forma y el contenido de su discurso no es adecuado, y tienden a repetir palabras o frases o a ignorar a su interlocutor.

Realizan movimientos estereotipados y repetitivos: tales como mecerse, dar vueltas de forma compulsiva, etc también puede ser un síntoma del autismo. En determinados casos los sujetos incluso desarrollan conductas autolesivas como morderse o golpearse la cabeza. Con frecuencia tienen problemas para asimilar cualquier cambio en su entorno, y salir de la rutina o del ambiente conocido les produce ansiedad.

Incapacidad de autoreconocimiento: en ocasiones se autodenominan en tercera persona, por su nombre propio, en lugar de en primera persona con “yo” o “mi”.

Capacidad de juego social alterado: son niños que no saben, o no son capaces, de desarrollar juegos que supongan interacción con otros niños. Además, su capacidad imaginativa es muy limitada por lo que no pueden participar en juegos de simulación.

Otros síntomas asociados que pueden presentar los pacientes son ansiedad, 
trastornos del sueño, alteraciones gastrointestinales, crisis violentas, retraso mental...
Los síntomas del autismo pueden variar significativamente, no sólo de una persona a otra, sino en el mismo paciente con el transcurso del tiempo.
De forma clínica, se ha establecido una relación manifiesta entre la aparición de trastorno autista en niños y un mayor riesgo de padecer determinadas afecciones concomitantes, principalmente:
  • Síndrome de X frágil: es la principal causa de deficiencia mental hereditaria y se debe a una mutación en un gen del cromosoma X. Los afectados por esta enfermedad presentan rasgos comunes con el autismo.
  • Esclerosis tuberosa: su nombre se deriva del riesgo de aparición de tumoraciones en el área cerebral. La enfermedad afecta a la piel, el cerebro, el sistema nervioso, los riñones y el corazón.
  • Convulsiones epilépticas: se ha estimado que en torno al 20-30% de los niños con espectro autista desarrollan epilepsia en la edad adulta.
  • Síndrome de Tourette: trastorno neurológico caracterizado por desarrollo en el sujeto de movimientos repetitivos, estereotipados e involuntarios y la emisión de sonidos vocales, congruentes o no, denominados tics.
  • Síndrome de Sotos: las personas con esta afección se caracterizan por un excesivo crecimiento y macrocefalia, y habitualmente presentan cierto retraso mental, dificultades en la adquisición del lenguaje, y problemas de aprendizaje. Algunos pacientes cumplen todos los criterios del autismo.
  • Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).  
  • Síndrome de RETT




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